Si bien, existen tipos de platos diferentes dado a sus ingredientes, formas de preparación y su destino posterior, debemos tener en cuenta algunos cuidados generales relacionados a la inocuidad que pueden aplicarse a todos los platos cárnicos.
Habitualmente los platos que preparamos pueden tener dos destinos, aquellos que serán consumidos inmediatamente después de su preparación y aquellos que tendrán como destino refrigeración o congelación. Los platos cuyo destino sea la refrigeración podrán dejarse a temperatura ambiente hasta un máximo de 2 horas luego de su preparación para que baje su alta temperatura de cocción; luego se envasarán para asegurarnos que no se contamine y se mantenga la calidad del alimento. Así como se alcance una reducción de temperatura suficiente se deberá llevar al refrigerador o freezer según su preferencia.
Aquellos platos que no sean consumidos antes de las 2 horas posteriores a su elaboración deberán conservarse a más de 60ºC o a temperatura de heladera.
Para consumir platos que fueron refrigerados es recomendable que se calienten hasta una temperatura mayor a 74ºC, de esta forma nos aseguramos de eliminar posibles peligros.
