Carne y salud cardiovascular

Buena alimentación con carne.

 

Los ácidos grasos Omega 3 que contiene la carne ayudarían en los problemas cardiovasculares, haciendo que la sangre sea menos viscosa, menos "gruesa" lo que estaría previniendo la formación de coágulos en los vasos que irrigan el corazón y por lo tanto promoverían una protección del corazón contra los infartos. Según la Fundación Británica de Nutrición también favorecerían en la desaparición de las arritmias cardíacas.

 

La Fundación Británica de Nutrición aconseja varias pautas, ya conocidas por la mayoría de nosotros y que son las de mantenerse físicamente activo, no fumar, tener en cuenta el índice de masa corporal que no debe superar los 19 a 24 kg/m2, o la medida mas casera que es conocer cuántos centímetros tenemos de cintura, que para los hombres no debe superar los 96 cm y para las mujeres los 80 cm. Y por último, ingerir una dieta balanceada en vitaminas, proteínas y minerales.

 

A nivel médico frecuentemente se exhorta a ingerir cada vez menos grasa porque está comprobado que el consumo alto de grasas saturadas y grasas ?trans? junto a la baja ingesta de grasas insaturadas y/o poliinsaturadas trae aparejado obesidad, diabetes y enfermedades cardíacas. Actualmente se aconseja un consumo no mayor a 35 % de la ingesta de energía total por día ( 70 gramos de grasa/día) ya que de lo contrario sería perjudicial para la salud.

 

Como es sabido el organismo necesita de las proteínas como estructura de todos los tejidos vivos, es decir las proteínas las ingerimos en forma de aminoácidos algunos de ellos esenciales (estos no los produce el organismo). Estos aminoácidos no los podemos dejar de ingerir y las proteínas que son de alto valor biológico derivan de los animales, carne, leche y huevos.

Los australianos sostienen, en una campaña reciente, que si el hombre primitivo no hubiera ingerido carne no poseería hoy la masa encefálica que ostenta. Se supone que somos más inteligentes que nuestros hermanos, los primates, por haber cambiado los hábitos alimenticios. El consumo de carne hizo que el tamaño del cerebro del hombre evolucionara hasta el tamaño actual gracias al aporte de proteínas, aminoácidos esenciales, hierro y todas las vitaminas del complejo B. Estas últimas actúan en la formación del tejido nervioso, del tejido glandular, de los tejidos de sostén, etc.

 

Entre otros ingredientes esenciales, 100 gramos de carne aportan de 27 a 30 gramos de proteína a nuestra dieta, según las recomendaciones que hace la publicación del MSP en las GABA un hombre adulto necesita 0.75 g/kg de su peso corporal de aporte proteico. Si hacemos una estimación para un hombre de 75 kilos, según aquel parámetro se necesitará 57 gramos de proteína diaria, es decir casi 200 gramos de carne magra (vacuna u ovina). Cuando una proteína posee en  su composición los aminoácidos esenciales, se dice que es una proteína de alto valor biológico, entre otras fuentes de carne, aporta ese tipo de proteínas.

El hierro (Fe) es indispensable para mantener valores sanguíneos normales o ?saludables?, el hierro forma parte de la sangre y las carnes rojas sirven para mejorar la absorción de este mineral tan importante que además es fundamental en el desarrollo del cerebro en los bebes. Estudios en Nueva Zelanda dicen que cuanta más roja sea la ARNE mayor será su contenido en hierro.

El cinc (Zn) es un componente de todas las células vivientes de nuestro organismo, está formando parte de más de 50 enzimas del cuerpo humano, esencial para la visión nocturna, para el crecimiento, apetito, sentido del olfato y del tacto y además para el mantenimiento de un fuerte sistema inmunológico. La carne tiene  un alto contenido en este mineral.

Las vitaminas del Complejo B, B1, B2, B3, B6 y B12 se encuentran en la carne vacuna y de cordero en gran cantidad. Ellas son importantes para mantener una óptima función del cerebro, importantes también para la salud de la piel, mantener una buena visión y en el caso del vitamina B12 componente fundamental de la elaboración de células sanguíneas. Solo 100 gramos de carne magra ovina o de vacuno proveen la cantidad diaria suficiente de vitamina B12.

Recientemente se ha comprobado que las carnes rojas contienen un nuevo tipo de Vitamina D que es más potente que los existentes, esta vitamina es primordial en el metabolismo de nuestro esqueleto óseo. A mayor cantidad y calidad de vitamina D poseeremos huesos más fuertes.

 

Nuestras carnes han recibido la aprobación de mercados muy exigentes como lo son la Comunidad Económica Europea, los Estados Unidos , México, Canadá.

Están libres de hormonas, libre de residuos de antibióticos, provienen de animales que son alimentados con pasturas y a cielo abierto. Son animales que ostentan el carácter de ser trazables, es decir, que fácilmente se podrá conocer de dónde proviene el trozo de carne adquirido o consumido. Además los animales alimentados a pasto tienen en la composición del músculo menor cantidad de grasa saturada (grasas formadoras de colesterol) que los animales alimentados a grano.

Está comprobado científicamente por trabajos nacionales[1] que el músculo de estos animales tiene mayores porcentajes de grasas poliinsaturadas y por tanto muy beneficiosa para el consumo humano. Estos estudios también demostraron que los animales alimentados en pasturas contienen buenos niveles de ácidos grasos Omega 3 cuando se los compara con animales que se alimentan con granos.

 

En conclusión, si regulamos el consumo de grasas, separándolas de la carne antes de su elaboración, si elegimos cortes carniceros con poca grasa de cobertura ( cortes magros), si asamos sin calcinar, si no fritamos ( y menos con grasas trans) los aportes nutrientes que brindan las carnes rojas pueden llegar a ser insustituibles y muy apetecibles.

Una pequeña cantidad de carne vacuna o de cordero nos da los nutrientes esenciales para mantener nuestra salud, por ejemplo 120 gramos de carne vacuna horneada provee 66 mg de sodio en nuestra dieta, recuerdese que el aporte de sal por día no debe superar los 1500 mg.  Además la carne fresca no contiene carbohidratos ( azúcares) anteriormente habíamos mencionado los perjuicios de la ingesta de estos en la dieta. Por último, las carnes rojas nos  brindan una sensación de saciedad mayor que otros alimentos por más tiempo y nos ayudan a mantener un peso adecuado.

 

Otros cuidados a tener en cuenta.

Grasas Saturadas y Trans.

Finlandia realizó un programa para disminuir el consumo de grasas saturadas y grasas trans, estas últimas son las que derivan de la hidrogenación de los aceites y transforman una grasa líquida en sólida, por medio de procesos industriales transformándolas en margarinas.

El gobierno finlandés se propuso bajar los niveles de consumo de estas grasas trans desde el nivel escolar suspendiendo el consumo de golosinas, alfajores y alentó a los niños a comer carne sin grasa, verduras y frutas en la dieta diaria en la escuela y en secundaria. Se redujeron las comidas fritas y sobretodo se utilizaron aceites provenientes de productos que contenían grasas trans.

 

Azúcares.

El consumo en exceso de azúcares (fructosa, glucosa, etc) y productos con azúcar añadido, como los refrescos, ha sido tema de polémica y estan siendo cercenados en las dietas saludables.

Recientemente el Dr. Pisabarro reconocido endocrinólogo uruguayo, manifestaba en un programa televisivo que en la infancia se debe regular el consumo de azúcares, porque el cerebro bloquea el centro de la saciedad, cuando se consumen en exceso y los dulces se vuelven adictivos, siendo los requerimientos siempre mayores.

Este alto consumo de azúcares en niños y adultos trae como consecuencia índices de obesidad muy altos en la población mundial ya que la mayoría de aquellos se transforman en grasa de depósito.

 

Sal.

En Japón existe desde hace unos años una campaña para tratar de reducir el consumo de SAL, también promotora de disturbios metabólicos y causante de graves problemas de hipertensión arterial. En este país bajo el porcentaje de ataques cardíacos en un 60 % luego de tomar esta medida y promover el ejercicio físico.

 

En Uruguay, recientemente el Ministerio de Salud Publica elaboró el Manual de la Promoción de Prácticas Saludables de Alimentación. Son conocidas como las GABA Guía Alimentaria Basadas en Alimentos, en lo que dio en llamar el Programa Nacional de Nutrición e incluyen varias medidas a tener en cuenta para una dieta saludable.

 

 



[1] Gil, Huertas, Realini